Escultura

Tras la toma de Corintio en 156 a.C., por el ejército romano, comienza el saqueo artístico de Grecia; gran cantidad de obras griegas son llevadas a las casas de los patricios romanos e incluso muchos artistas fueron tomados como esclavos para trabajar en los talleres romanos. Allí se imitarán a copiar los originales griegos. En Nápoles, se constituyó uno de tantos talleres, como el de Pasiteles, donde se combinó un modelo de Policleto y otro de Praxíteles.

Los romanos realizaron fundamentalmente retratos, mediante los cuales inmortalizarían personalidades y emperadores. Se aprecia un extraordinario realismo. La escultura romana evolucionaría desde la época republicana, marcada por el realismo, hasta la época imperial, caracterizada por la idealización y la simplificación casi caricaturesca de la época bajo imperial.

Período republicano

Los etruscos ejercen una gran influencia en este momento, especialmente en todo aquello que tenga que ver con las técnicas del bronce, que manejaban con gran habilidad. También es importante destacar la influencia griega en la que se apoyó el retrato romano hasta lograr una personalidad propia.

Durante la República se encuentra un buen número de retratos en bronce. Son personajes que, aun no se han terminado de identifica, pero que, habrían de ser preponderantes en la sociedad republicana. Destacan por el extremo realismo de los rostros, debido a que la imágenes eran extraídas con mascarillas funerarias. Fallecido el pater famlias, el escultor sacaba un vaciado den cera del rostros del cadáver, que se pintaba en colores que se aproximaran a la realidad. Estas mascarillas se guardaban en una habitación destinada para este fin.

Período imperial

Durante este período se inicia un momento de idealización que tiene como principal objetivo la magnificación de la figura del emperador.

El Augusto de Prima Porta, está representado cual si fuera un dios: con los pies descalzos como un héroe, el brazo derecho alzado mostrando al pueblo una corona y vestido con una coraza en la cual se aprecian escenas en las que se le está dignificando. Su esposa Livia, y sus hijos Tiberio y Druso, también fueron representados. Uno de los elementos que permiten hablar de idealización es que, siempre se los observa con el mismo aspecto, sin que el paso del tiempo deje huella en sus rostros.

También hay un buen número de retratos del emperador Adriano. Siguiendo una moda comenzada por Trajano, los retratos abarcaban los hombros hasta el inicio del pecho. La muerte de Antinoo, con el que pudo tener una relación sentimental Adriano, son el culmen de la idealización.

La única escultura ecuestre que ha llegado a nuestros días, es la de Marco Aurelio, que sería motivo de inspiración de este tipo que se realizarían durante el Renacimiento italiano como la de Gattamelata. En la representación de Marco Aurelio se emplea el trépano el cual realza luces y sombras. Los retratos de los últimos Severos, están cargados de expresividad, de penetración psicológica que nos permite ver cómo Caracalla era un personaje cruel y violento. En ellos se introduce la expresión de sentimiento como la inseguridad, la angustia o el miedo a ser traicionados que, en los primeros tiempos del retrato imperial, eran impensables, puesto que se buscaba una imagen de seres grandiosos.

Período bajo imperial

En este período desaparece el realismo e idealización y el retrato es más tosco y expresionista. Los ojos adquieren mayor volumen, se abandona el trépano y las superficies esta menos trabajadas, fundamentalmente por la utilización de piedras duras procedentes de Oriente como el pórfido egipcio.

Se introduce el colosialismo, ejemplo del cual es la estatua colosal de Constantino.

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