Contexto histórico

La arquitectura neoclásica fue la protagonista hasta el primer tercio del siglo XIX. Sin embargo, durante este siglo se pondrán las bases que de la arquitectura del siglo XX.

Inicialmente, haría irrupción los revivals, es decir, la resurrección de los estilos desaparecidos, como solución adoptada por el arquitecto que se encuentra ante el dilema de hallar una forma apropiada a los cambios que se han producido. La mentalidad romántica, vuelve los ojos al pasado, en particular, a la Edad Media.

En cierta medida, el siglo XIX es un siglo contradictorio. A la belleza depurada de las formas clásicas se opone la lógica mecánica de los nuevos materiales; a la estética de la forma se opone la estética de la función.

Garnier: Ópera de París

En líneas general, se dan dos grandes tendencias: la arquitectura-arte y la arquitectura-ingeniería.

Para el arquitecto artista estos elementos no son tan contradictorios. Arquitectos historicistas, como Viollet-Le-Duc, investigan las posibilidades de los nuevos materiales, principalmente el hierro; otros, arquitectos-ingenieros, como Eiffel, se preocupan de las posibilidades puramente estéticas de la ingeniería.

La nueva sociedad industrial necesitaba de una respuesta arquitectónica a sus necesidades y esta respuesta se elabora arduamente en el XIX, para llegar a dar sus frutos en el XX.

Varias son las condiciones que influyen en la arquitectura:

Romanticismo. Es el grito de rebeldía contra el siglo de la razón y de las Academias. Las naciones europeas, buscarán en sus propias raíces medievales su personalidad y se desvinculan de la dictadura greco-romana del clasicismo. El gótico, el mudéjar o el románico serán la fuente de inspiración de ciertas concepciones arquitectónicas de ese tiempo; también se imitan edificios árabes y renacentistas italianos.

Asociado a lo anterior, la exaltación nacionalista, es otro de los motivos por los cuales la arquitectura decimonónica ahonda en el pasado para encontrar el estilo que mejor caracteriza a un pueblo. Así surgen el Neogótico, el Neorrománico, o el Neomudéjar. Esto supuso la valoración de estilos hasta el momento prácticamente ignorados y despreciados. Junto al revival, también aparece el eclecticismo: la mezcla de diferentes períodos artísticos en una misma obra en un intento de fusionar lo mejor o más representativo de cada uno de ellos.

Royal Pavilion

El colonialismo europeo: Oriente Medio, la India, el sudeste asiático, África, serán repartidas en zonas de administración e influencia. De estas culturas retornará a las metrópolis europeas toda una exótica cultura que será inmediatamente aceptada sobre todo por los espíritus posromántico: palacios, invernaderos, cafés, monumentos, etc., adquieren aires indios, árabes e incluso chinos.

La Revolución industrial trabajo consigo diferentes elementos que contribuyeron a dar un giro en la arquitectura.

Se realizan avances en la infraestructura, como el ferrocarril, exigen estaciones, puentes y, en general, grandes obras públicas. Las nuevas industrias requieren instalaciones de características y dimensiones hasta entonces desconocidas. Se potencia la cultura, y son necesarios museos y bibliotecas. Mercados, grandes exposiciones internacionales vienen exigidos por las necesidades de nuevos mercados.

La Revolución industrial genera nuevos materiales. La utilización de los nuevos materiales no fue difícil. Asociadas al mundo de la máquina, las revoluciones industrial y arquitectónica van de la mano, sin embargo, para los artistas significaba ver arrollada la humanidad por la máquina, frente a cuya deshumanización oponían una arquitectura de sentimiento.

Los procesos industriales iniciados en Inglaterra a mediados del siglo XVIII proporcionaron a la arquitectura nuevos materiales, con mahores resistenciasy a precios cada vez más bajos. Estos materiales fueron los que propiciaron el nacimiento de una nueva concepción arquitectónica, según la cual la idea tradicional de soporte y cubierta que empleaba el muro como elemento de cierre fue sustuida por otra en la que los elementos de soporte, muy reducidos en número, mantenían por si solos la cubierta. El muro se convirtió en un elemento de relleno, fácilmente sustituible por vidrieras o por cualquier otro elemento material.

El primero de estos elementos fue el hierro, si bien rápidamente será sustituido por el acero. Ambos están presentes en la mayor parte de los edificios levantados a partir de 18940, incluso en aquellos que se mantuvieron fieles a los modelos del pasado.

Su empleo permitía sustituir un pilar de piedra por una columna de hierro varias veces de menor volumen, incrementando el espacio disponible. Estas columnas se emplearon en las salas de exposiciones, bibliotecas y otros espacios de carácter público, como auditorios.

El hierro había sido utilizado desde la antigüedad como complemento de la arquitectura para grapas o uniones, pero hasta el XVIII no obtiene la suficiente consistencia como para utilizarlo en la construcción. El hierro colado, sustituyendo al de forja, permite fabricar largas vigas.

El constante abaratamiento del proceso de obtención del hierro y del acero y sus posibilidades, los convirtieron en los materiales más empleados. Las columnas de fundición y las vigas en forma de T comenzaron a ganar terreno a los soportes tradicionales. Los grandes arcos de hierro para los puentes, capaces de soportar grandes pesos y oscilaciones marcadas, permitieron crear estructura amplias sin soportes intermedios.

Entre 1777 y 1779 Abraham Derby construye un puente totalmente de hierro sobre el río Severn en Inglaterra.

Darby: Puente de hierro sobre el río Savern, Inglaterra

Con el hierro se asocia el vidrio y el cristal. Esta unión demostrará su utilidad en la construcción de invernaderos, museos, salas de exposiciones.

El vidrio y el cristal por su escaso peso y su resistencia hicieran de él un elemento excepcional para dotar a los edificios de mayor luminosidad. Movimientos arquitectónicos como el modernismo, lo emplearon de manera profusa en sus edificaciones, jugando con la luminosidad, los efectos cromáticos y ornamentales.

Las salas de exposiciones, serán un motor de gran experiencia en la historia de los materiales. Construcciones efímeras y de rápida erección, permitirán mantener tensa la novedad en materia arquitectónica.

El cemento no hace su aparición hasta finales de siglo, si bien su utilización data de la década de 1840, tendrá una significación especial en el XX. El cemento mostró sus posibilidades al aliarse con el hierro y el acero, lo que dio lugar al hormigón armado. El uso masivo de hierro tiene el inconveniente de su dilatación, que es evitado por el hormigón armado. El empleo a molde, el encofrado, permite darle la forma que se desee. Su mejor precio, maleabilidad y su menor dilatación lo convierten en un material ideal. Con él se construyen esqueletos de edificios soportados por delgados pilares, que delimitan espacios vanos. La pared pierde su carácter sustentante para servir sólo de relleno. Esta arquitectura, es, la que alcanza mayor difusión internacional. En ella se destaca el fuerte impulso para lograr construcciones más altas en la carrera por la altura y las formas atrevidas. En cuanto a la altura la Escuela de Chicago, llevó la delantera.

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